Según la FAO, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo.Este concepto difiere de la seguridad alimentaria, que comprende el acceso físico y económico de la humanidad a los alimentos inocuos.
El modelo productivo convencional se encuentra en crisis, ha demostrado de diversas maneras que provoca múltiples resultados negativos.
“La crisis es financiera, energética, alimentaria y ambiental” Jorge Beinstein.
Las organizaciones rurales progresan educando sobre un cambio en la producción alimentaria, con autonomía, y con el objetivo de imponer la agroecología brindando respeto a los conocimientos ancestrales y la cultura de los pueblos.
Es fundamental planificar la producción definiendo cómo, con qué recursos y para quién. Estas decisiones permiten satisfacer las necesidades de la población, usar de manera razonable los agroquímicos o no utilizarlos y preservar los recursos naturales para prevenir la contaminación ambiental.
Puede decirse que se debe fomentar una política viable en toda la cadena agroalimentaria, durante las etapas de producción, distribución y comercialización de los productos.
La clave del problema es conocer el origen de los alimentos que consume la población, y si es posible replantear el sistema productivo.
En resumen, el Estado de Argentina mediante las políticas gubernamentales, tiene la función de revertir el modelo agroexportador y priorizar el enfoque en garantizarle a las comunidades la soberanía alimentaria.
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