Son camas elaboradas en los espacios abiertos donde habitan las vacas lecheras. Se puede definir como un “spa”, debido a que les genera mayor confort.
Favorece el bienestar animal, ya que se pueden movilizar y tener una conducta totalmente natural dentro de 20 m2. Es de gran utilidad proporcionarles un ambiente seguro y confiable, que no limite el acceso al comedero o a la zona de descanso.
Cuenta con sombra y aspersión, evitando las caminatas extensas donde los animales se embarran y estresan.
Este sistema consiste en cubrir el suelo con algún material absorbente, como puede ser el aserrín, las cascarillas, o las virutas de madera y mezclarlo con los desechos de los animales. Es necesario ventilarlo periódicamente para obtener un fertilizante de buena calidad y de alto rendimiento.
En cuanto a la sanidad, cabe destacar que se reducen las patologías típicas como las afecciones podales en las vacas porque las mismas descansan, entonces las pezuñas se secan y se favorece la circulación de la ubre.
Además, las hembras exhiben un mejor comportamiento sexual, permitiendo la eficaz detección de celos.
La implementación de esta tecnología conduce a un mejoramiento en el manejo del tambo, y por ende a la mayor productividad se ve reflejada en los litros de leche obtenidos en la actividad. También disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo cual admite una visión integral y sustentable de la gestión ganadera.
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